Ahora que nos han tocado tiempos en que todas las naciones, nacionalidades, regiones o países de España revisan su historia, quiero yo ponerme también en tono revisionista y decir cuatro cosas respecto del libro de D. Luis Calvo Lozano.
Desde que fuera publicado en 1981, los villalpandinos hemos tenido por ciertas e indubitadas todas y cada una de las páginas del mencionado libro sin el menor espíritu crítico. Algunas veces he podido escuchar alguna objeción a la obra de D. Luis, pero siempre fué con la boca pequeña, como teniendo miedo a discrepar de la autoridad de tan ilustre historiador.
Por supuesto, su obra es, por el momento, lo mejor que tenemos, la única monografía extensa que existe sobre la historia de nuestro pueblo. Su libro es fruto de una ardua tarea de investigación, de múltiples visitas a blibiotecas, de muchos archivos y legajos mohosos. Por eso hay que reconocerle, públicamente, el mérito que merece.
Pero no podemos por ello obviar y dejar de constatar sus equivocaciones, pues nosotros, los villalpandinos, como herederos de esa historia que D. Luis contó en su libro, tenemos derecho a saber la verdad.
No voy a hacer aquí, ahora, un listado de todos los errores que, a mi entender y al entender de la inmensa mayoría de los historiadores modernos, contiene el citado libro. Quizás esa sea una tarea para tratarla en otro momento. Sólo me voy a permitir indicar que debemos estar muy atentos en el estudio de toda la parte antigua de la historia relatada por D. Luis pues ahí los errores y desatinos son constantes. Los siglos XV-XVIII, sin embargo, están muy bien documentados.
Voy a terminar con las palabras del Duque de Frías, académico de la Real Academia de la Historia, autor del Breve Preámbulo que podéis leer en el propio libro de D. Luis Calvo Lozano:
"Quizás el único reparo crítico que se puede hacer a su labor, tan meritoria, es haber confiado a piés juntillas en los escritos de otras plumas anteriores no siempre bien informadas..."
No hay comentarios:
Publicar un comentario