sábado, 24 de abril de 2010

23 de Abril


De las dos cosas no sé qué seré primero, si castellano o leonés. Creo que el color rojo de la sangre me viene de mi madre castellana y la calvicie de mi padre leonés. Que la tierra donde reposan los míos sea leonesa y que el primer soplo de viento que respiré al nacer fuera castellano no es ninguna casualidad ni por ello me contradigo. Ni maldigo. Sólo advierto.

Probablemente, el hecho de vivir a caballo de ambos reinos me haya dado una visión del conjunto de esta tierra tan amplia, tan variada, tan cercana y tan lejos de todas partes. Y me siento orgulloso de ser de aquí, de León y Castilla o de Castilla y León, que para mí es lo mismo.

Sin pretender olvidarme de nadie, me van ustedes a permitir que hoy sea breve expresando mi felicitación para todos los que vivimos en esta Tierra Media que nace en La Canda y muere en el Moncayo, desde el Puerto de los Leones hasta Pajares pasando, cómo no, por Zamora, Valladolid y Villalpando.


Varo.