domingo, 30 de marzo de 2008

Cartografía

Es interesante observar la evolución de la ciencia cartográfica a lo largo de los siglos.

A modo ilustrativo, he rescatado aquí cuatro mapas mundi antiguos que me han parecido interesantes.

El primero es el mapa mundi de Ptolomeo, que en realidad no está dibujado por él, sino por quienes en el año 1300 descubrieron los manuscritos de Ptolomeo, concretamente su obra Geographia (escrita en el año 150), que contiene miles de referencias al mundo antiguo con aportación, incluso, de coordenadas geográficas.

El Segundo es el mapa mundi de Vinlandia: Probablemente se trate de un mapamundi del siglo XV redibujado de un original del siglo XIII. Su importancia radica en que, además de mostrar el mundo ya conocido por entonces, el mapa representa una parte del territorio de Norteamérica llamada Vinlandia. Con ello se demuestra que América ya fué visitada en el siglo XI. Se cree que el mapa demuestra que los vikingos descubrieron y cartografiaron América antes de Cristóbal Colón.

El tercero es el mapamundi de Fra Mauro, un monje veneciano que fabricó este mapa en 1459 por encargo del Rey de Portugal, Alfonso V.

Y el cuarto, es el mapa mundi de Abraham Ortelio, un holandés que fué Cartógrafo oficial de Felipe II. Tenía especial pasión por la historia y gastó buena parte de su fortuna personal en descubrir la ubicación de las antiguas urbes históricas para situarlas en sus mapas.

Blas de Otero

El poema que transcribo a continuación es de Blas de Otero. Se titula, simplemente, "Canción Cinco" y pertenece al libro de poemas "Poesía con Nombres".





Por los puentes de Zamora,
sola y lenta, iba mi alma.


No por el puente de hierro,
el de piedra es el que amaba.


A ratos miraba al cielo,
a ratos miraba el agua.


Por los puentes de Zamora
lenta y sola, iba mi alma.

viernes, 28 de marzo de 2008

Los Templarios en Villalpando




Se acepta unánimemente por todos los autores y, además, así lo ha demostrado la documentación arqueológica que Villalpando constituyó una de las dispersas y escasas encomiendas de la Orden del Templo de Jerusalen: los Templarios.




Efectivamente, tan solo veinticuatro bailías (encomiendas) estuvieron en manos de la Orden en el conjunto de los reinos de Castilla y León. Por citar las más próximas: Ceinos de Campos, San Pedro de Latarce y Villárdiga. Esta última, por ser pequeña, acabó siendo englobada por la de Villalpando.




Existe la creencia que Villalpando -villa y alfoz- fué donada a los templarios en el año 1211. Así lo afirma, por ejemplo, Gómez Moreno. Sin embargo no hay prueba clara al respecto. Más bien, como afirma D. Luis Calvo Lozano, la villa fué entregada a la reina Dª Berenguela, hija de Alfonso VIII de Castilla y Leonor de Plantagenet. Esta reina se casó en 1198 (en segundas nupcias) con el rey de León Alfonso IX, que era tío suyo. Este rey leonés entrega a su esposa castellana Berenguela (tengamos en cuenta que estos años son los de mayores tensiones pólíticas y guerras entre León y Castilla) tres villas como contrato de arras matrimoniales: Villalpando, Ardón y Rueda. Son tres villas leonesas situadas en la frontera con Castilla, en tiempos de guerra entre ambos reinos, vuelvo a insistir. Por ello, el rey leonés se reserva para sí los castillos de estas tres villas, "por si acaso". Así lo recoge Calvo Lozano y todos los autores basándose en el documento existente en el Monasterio de las Huelgas Reales de Burgos.




En el caso de Villalpando, el castillo que se reservaría el Rey sería el anterior que se ubicó en el actual Palacio de los Condestables o "Cubo del Palacio", como aquí decimos. De estilo gótico, sin duda.




Sin embargo, en el libro de Calvo Lozano se habla, además, de otra fortaleza que existió en la actual Plaza Mayor, antiguamente llamada Plaza de las Carnicerías (por estar en ella la Picota), siendo esta fortaleza de la Plaza la que habría estado detentada por los Templarios. Según Calvo Lozano, la extensión de este alcázar templario ocuparía la manzana delimitada por la plaza mayor, la calle La Solana, calle Olivo y Altasangre. A mi modo de ver dichas dimensiones son exageradas y desproporcionadas para la dimensión global que en esa época tenía Villalpando. Esa época es la del primer recinto, la de la primera muralla (la misma que ha aparecido cuando las obras de la Plaza). En esos años (principios del siglo XIII) la superficie del recinto amurallado de Villalpando eran 8 Ha. Cuando se construye la segunda muralla, la superficie pasa a 22 Ha (Hasta 1348 no hay constancia documental de este segundo muro):




Otros autores, en cambio, en absoluto citan la fortaleza templaria de la Plaza, cuando hablan de Villalpando. Entre ellos, omite toda referencia a esta fortaleza el profesor de la Universidad de Valladolid d. José Avelino Gutiérrez González, que es una eminencia en el tema de las fortificaciones medievales. Sin embargo, yo pienso que sí tuvo que existir esta fortaleza, adosada a la Iglesia de Santa María del Templo -antes discoteca, hoy ayuntamiento, anda que no ha tenido usos este local...)-. Lo creo así, siguiendo a Calvo Lozano, porque la estructura exterior, los muros de la Iglesia en el rincón que hace la plaza con el inicio de la calle Liceo recuerdan mucho a los muros de una fortificación. Me atrevo a decir con miedo a equivocarme que fortaleza e iglesia fueron una misma cosa, como ocurría tantas veces en los años de la Repoblación: Un único edificio con dos zonas diferenciadas: iglesia y casa-fortaleza.




Efectivamente, se trataría de una casa fortificada, un caserón dotado de defensas, comunicado de alguna forma con la Iglesia de la que eran titulares. No creo que se tratase de un auténtico castillo en el sentido estricto de la palabra, al menos no con las dimensiones que da Calvo Lozano. Este mismo autor habla de "fortaleza o alcázar". Son dos términos parecidos, pero no iguales.




Además, no puede justificarse la existencia de un castillo de tales dimensiones pues requeriría la presencia de muchos miembros de la Orden que lo atendieran. Y no consta por ninguna parte que en Villalpando estuvieran destacados un número proporcionalmente elevado de templarios si pensamos que la totalidad de caballeros entre los dos reinos de Castilla y León no superaba los 500. Ni tampoco tenía sentido mantener aquí una gran cantidad de efectivos militares pues donde realmente se necesitaba su presencia era en la otra frontera: la frontera musulmana, y no en la frontera entre Castilla y León, pues los problemas entre esos reinos no era, en principio, cuestión de la que la Orden del Templo tuviera que ocuparse.




Así pues, la Encomienda Templaria de Villalpando se limita a ser una encomienda de las que se han llamado "de retaguardia". Es decir, dedicada a producir para aquellas otras encomiendas o posesiones templarias que necesitasen de ayuda externa.




En tal sentido, aún tenemos topónimos que recuerdan la presencia de la Orden del Templo en Villalpando:




- El pago de la Encomienda, a lo largo de la carretera de Zamora. Sin duda estaban aquí la mayor parte de las hectáreas que explotaba la Orden.




- La laguna de la Comendadora (o de la Comendadera).




- Y por supuesto, la Iglesia de Santa María del Templo.






Fuera de estos lugares, el territorio villalpandino era "tierra de realengo", es decir, perteneciente y sometido directamente al Rey y no a un señor feudal.




Con la supresión de los Templarios en el 1310-1313, las posesiones de la Orden son incautadas por la Corona que las cede, en muchos casos, a otras órdenes militares (Calatrava, Alcántara, Santiago...) o a nobles vasallos del Rey.




Resumiendo, no podemos magnificar la presencia de los Templarios en Villalpando, pero sí tener la certeza plena de que aquí estuvieron. Buena parte de los años que la Orden del Templo estuvo en Villalpando son los años de conflicto entre los dos reinos: Castilla y León. Y en ese aspecto sí que Villalpando tuvo una gran importancia, como vanguardia del reino de León frente a una Castilla que pisaba fuerte.




Los dos reinos se unieron definitivamente en 1230, con Fernando III el Santo, y nunca más se volvieron a separar. A partir de entonces empezaría otra época para Villalpando que, probablemente, trataremos aquí.








jueves, 27 de marzo de 2008

La villa romana de La Mambrilla





La villa romana de La Mambrilla es de sobra conocida por todos villalpandinos. Muchos, incluso, han llegado a atribuirla el carácter de elemento probatorio a la hora de ubicar en Villalpando la mítica ciudad de Intercatia. Se ha magnificado su importancia por los historiadores, entre ellos el afamado D. Luis Calvo Lozano, haciendo una utilización interesada de ella en la tarea de búsqueda de nuestros orígenes.

Sin quitarle la importancia que merece, voy a dejar plasmadas aquí una serie de conclusiones a las que he llegado después de algunos ratos -amenos- de estudio y alguno otros -más amenos aún- de paseos por los contornos.

Respecto de su situación geográfica, en el actual camino de Villalobos, fué estratégica en el momento de su construcción pues se ubicaba en el cruce de dos principales calzadas: Una, la que iba de Ocelum Duri (Zamora) a Sahagún, paralela al Valderaduey; y otra la que, partiendo de esa anterior desde una bifurcación que salía de nuestro mismo término municipal o el de Tapioles, iba a Pallantia (Palencia).

Encuadre cronológico de la villa: de mediados del siglo III d.C. (sin duda) al VIII (probablemente)

Efectivamente, es una villa bajo imperial porque así lo afirman todos los restos encontrados en ella. Ya he relatado en el foro de la página web local http://www.my-forum.org/descripcion.php?numero=316&nforo=188886&pag=10 , concretamente en el mensaje titulado "Los lugares romanos", firmado por mí, cuantos hallazgos han aparecido en la mencionada villa; por eso no los voy a repetir ahora.

Tengo que destacar de la misma su carácter industrial -además de agrícola-, a la luz de las escorias de fundición encontradas, y su aspecto próspero, ya que los restos de mosaico encontrados (teselas) y de alimentos suntuarios (ostras) no nos pueden llevar a otra conclusión.

Nos queda la duda de saber si la misma gozó de hypocausto (calefacción), como era habitual en las villas "con clase", pero de los vestigios que disponemos es imposible sacar conclusión alguna.
Su extensión no tuvo que ser muy grande. Ocuparía todo el perímetro del promontorio con caída en la ladera que mira hacia el pueblo. Creo que estaba orientada mirando a la autovía, de donde venía la antigua calzada, lo que permitía la comunicación de la Mambrilla con las villas vecinas, que a lo largo del Valderaduey eran muchas.

Creo que es Calvo Lozano quien afirma que esta villa fue destruída con la invasión de los bárbaros. Yo no lo creo así, ya que la llegada de los visigodos a estas tierras fue de forma más o menos pacífica y de forma escalonada, por oleadas. La aparición hace años de un sarcófago probaría la ocupación de la villa en época visigoda quizás hasta la llegada de los árabes a esta zona, allá por el año 713. Es entonces cuando, tal vez fuera destruida, o mejor aún, abandonada, siguiendo la tónica general de lo que ocurrió por entonces hasta la época de la Repoblación ya bien entrada la Edad Media. Así lo cree Menéndez Pidal y yo estoy del todo de acuerdo con él pues el "Yermo Estratégico" que los reyes de Asturias y León adoptaron como forma pasiva de defensa fué un hecho completamente cierto y constatado en nuestra zona, pese al revisionismo de algunos autores hace algunos años.

Parece que siglos después hubo una reocupación de la zona pudiendo verse algunos restos más dispersos del siglo XVI.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Revisión de la Historia


Ahora que nos han tocado tiempos en que todas las naciones, nacionalidades, regiones o países de España revisan su historia, quiero yo ponerme también en tono revisionista y decir cuatro cosas respecto del libro de D. Luis Calvo Lozano.

Desde que fuera publicado en 1981, los villalpandinos hemos tenido por ciertas e indubitadas todas y cada una de las páginas del mencionado libro sin el menor espíritu crítico. Algunas veces he podido escuchar alguna objeción a la obra de D. Luis, pero siempre fué con la boca pequeña, como teniendo miedo a discrepar de la autoridad de tan ilustre historiador.

Por supuesto, su obra es, por el momento, lo mejor que tenemos, la única monografía extensa que existe sobre la historia de nuestro pueblo. Su libro es fruto de una ardua tarea de investigación, de múltiples visitas a blibiotecas, de muchos archivos y legajos mohosos. Por eso hay que reconocerle, públicamente, el mérito que merece.

Pero no podemos por ello obviar y dejar de constatar sus equivocaciones, pues nosotros, los villalpandinos, como herederos de esa historia que D. Luis contó en su libro, tenemos derecho a saber la verdad.

No voy a hacer aquí, ahora, un listado de todos los errores que, a mi entender y al entender de la inmensa mayoría de los historiadores modernos, contiene el citado libro. Quizás esa sea una tarea para tratarla en otro momento. Sólo me voy a permitir indicar que debemos estar muy atentos en el estudio de toda la parte antigua de la historia relatada por D. Luis pues ahí los errores y desatinos son constantes. Los siglos XV-XVIII, sin embargo, están muy bien documentados.

Voy a terminar con las palabras del Duque de Frías, académico de la Real Academia de la Historia, autor del Breve Preámbulo que podéis leer en el propio libro de D. Luis Calvo Lozano:

"Quizás el único reparo crítico que se puede hacer a su labor, tan meritoria, es haber confiado a piés juntillas en los escritos de otras plumas anteriores no siempre bien informadas..."

martes, 25 de marzo de 2008

Asociación Cultural Amigos de Villalpando



De los múltiples monumentos históricos que tenía Villalpando nos queda en especial estado de abandono el Torreón de la Iglesia de San Lorenzo, a la salida del pueblo, en la carretera de Villamayor.
Es un torreón mudéjar expléndido, al que poca atención hemos prestado los villalpandinos. Seguramente no nos hemos percatado de su valor histórico-artistico pero, si no existiese la Puerta de Villa, este torreón sería sin duda el símbolo más emblemático de Villalpando.
Por eso quiero levantar mi voz de alerta y promover desde aquí su urgente restauración.
Sería lamentable que un día nos despertáramos con la noticia de que la torre de San Lorenzo se ha derrumbado. No lo podemos consentir.
Una restauración en regla aportaría a Villalpando un punto más de interés en la ruta de cualquier viajero, una posibilidad de convertir el monumento en un centro temático del mudéjar y la forma más digna de transformar una ruina que denota la decadencia de un pueblo en una auténtica joya del pasado que nos haga sentir orgullosos.
Por estas razones me gustaría que sumáseis aquí vuestros comentarios y ya veríamos cómo nos organizamos para unir nuestras voces. Yo había pensado en formar una asociación cultural de amigos de Villalpando, o algo así. Tendría fines estrictamente de esta índole: promover la restauración de monumentos, organizar concursos literarios o de fotografía, exposiciones, alguna conferencia...
Espero vuestros comentarios.

Nota: La foto es de Natalia Redondo

Intercatia



Mi pueblo es Villalpando, en la provincia de Zamora. He publicado en el foro de la página web local http://www.villalpandinos.com/ una serie de comentarios respecto de la posibilidad de que en Villalpando se ubicara la mítica ciudad celto-vaccea llamada Intercatia. No voy a pronunciarme aquí y ahora a tal respecto. Prefiero hacerlo más adelante en el mencionado foro donde parece que hay gente que se ha animado a hacer también sus comentarios. Lo haré entonces por respeto a ellos. El la foto de arriba aparece un castro galaico cercano a Ribadavia (Ourense). Los castros galaicos tenían bastantes cosas en común con los castros vacceos. Pero tratándose de Intercatia no podemos hablar de un simple castro sino de una auténtica "civitas", una ciudad en toda regla. Sin duda, el desarrollo cultural del pueblo vacceo expresado, entre otros aspectos, en el urbanismo, hacían del mismo uno de los más evolucionados de entre todos los de ascendencia céltica. En la época que Lucio Licinio Lúculo ataca y asedia Intercatia (año 151 a.C) se calcula que dicha ciudad albergaría unas 10.000 almas.