martes, 13 de enero de 2009

La Sangre de los Crucificados (Pequeño comentario de texto)

En un par de sentadas he leído la novela del escritor local, Félix González Modroño, titulada "La sangre de los crucificados". A decir verdad, dejé las últimas páginas para esta noche porque quería hacerlo con calma, disfrutando, como se disfrutan siempre los desenlaces de las novelas buenas.

La historia está muy lograda y te engancha desde las primeras líneas. Se trata de un relato policiaco ambientado en cuatro ciudades españolas durante los últimos años de la dinastía de los Austrias. Esas ciudades son, algunas de ellas, viejas conocidas para mí; me refiero a Zamora y Salamanca, cuyas plazas, corros y calles he podido seguir perfectamente recreadas en la novela de Félix. En cuanto a Madrid y Sevilla, los lugares se me escapan algo más.

Digo todo esto porque hacía tiempo que no leía una novela con una descripción tan preciosista del antiguo callejero de estas rancias ciudades españolas.

También son un acierto, además de una delicia, las descripciones y comentarios relativos a la obra de Juan Valdés Leal: concretamente, los dos óleos que dicho pintor realizó en 1672 denominad0s "Las Postrimerías". Recuerdo el momento exacto que por primera vez contemplé estos cuadros porque me sobrecogieron. Yo tenía 17 años y fue en una sesión de filminas durante una clase de historia y arte. Pensé subir a este artículo unas fotos de dichos cuadros pero solamente voy a dejar los enlaces para que quien quiera pueda visitarlos fuera de este blog porque son tan sumamente expresivos, tan reflexivos... tan explosivos, incluso, que prefiero que sea la voluntad de cada uno, y no la mía, quien decida verlos o no...



Volviendo a "La sangre...", también me ha gustado la buena ambientación de personajes, las tabernas, las calles... Denota una gran labor investigadora y muchas horas de consultas en libros, internet, bibliotecas y de marear a unos y otros ¿Me equivoco? Por eso el resultado es creíble.

El vocabulario y sintaxis me ha parecido de una sencillez elegante, lo que hace a la novela muy fácil de leer: aunque esta es una novela de peso, no es una novela que "pese", cuando se lee. No obstante, he necesitado consultar él diccionario en algunas ocasiones para averiguar el significado de viejas palabras en desuso correspondientes a, por ejemplo, antiguas prendas de vestir o útiles de profesiones y oficios. Esto tiene que ser así en una novela ambientada en el siglo XVII; lo contrario sería un churro.

En fin, recomiendo su lectura. Y no es porque a Félix lo conozca desde que éramos críos ni porque las cañas que tomamos juntos, cuando viene por aquí, sean tragos de cerveza esperados y disfrutados mientras mojan una amena conversación... No. Es porque La Sangre de los Crucificados es una buena novela, además de una novela buena.


Varo.