sábado, 29 de enero de 2011

DESPOBLADOS I (El teso de San Mamés)

Si de todos las aldeas y lugares, hoy despoblados, que formaban parte del alfoz de la Villa de Alpando tuviera que elegir uno solo, sin duda alguna elegiría éste, el Teso de San Mamés. Lo elegiría por ser el más grande, el más antiguo y el que más duración tuvo en el tiempo.
En el libro de don Luis Calvo Lozano se le atribuye un origen romano. Relaciona don Luis este lugar de San Mamés con la antigua ciudad celto-romana de Intercatia otorgándole orígenes posteriores a la conquista de
dicha ciudad por parte de Roma. Tengamos la opinión que tengamos sobre la ubicación de Intercatia, lo cierto es que diversos hallazgos arqueológicos e investigaciones realizadas sobre la zona parecen atribuir un origen aún mucho más antiguo a la presencia del hombre en el Teso de San Mamés.
Al parecer fueron los celtas vacceos los primeros que se asentaron en él. No sería de extrañar, por los siguientes motivos:
- Excelente orografía que favorece el asentamiento humano: el teso reproduce las condiciones idóneas exigidas por los v
acceos, como era la elevación natural del terreno que aseguraba la defensa;
- Existencia de dos ríos, en medio de los cuales se eleva el teso: favorece también la defensa, asegura pesca fluvial y buenas cosechas como consecuencia de la fertilización natural derivada de las crecidas anuales.
Además de lo anterior, la evidencia viene dada por los hallazgos arqueológicos a los que he hecho referencia, en especial unas cuentas de collar femenino hechas en bronce, típicas de la época vaccea, es decir, siglos V al II anteriores a Cristo. Si esto fuera cierto y si Intercatia no hubiera estado ubicada en Villalpando, el Teso de San Mamés habría sido el lugar más antiguo de toda la zona.
Es completamente segura la existencia de un núcleo de población estable durante la época romana, probablemente desde la llegada de los primeros romanos. Así lo atestiguan los múltiples vestigios arqueológicos aún visibles, como trozos de tégula (la teja de las casas romanas) y piedras que sirvieron de cimentación
a esas casas. Además, hay que añadir que una calzada romana ("la zamorana") que discurre paralela al Valderaduey pasa por las faldas del teso, lo que permitiría el desarrollo e intercambio comercial del San Mamés romano.
También parece que fue este uno de esos lugares de excepción a la regla del "Yermo Estratégico" que planteaba don Claudio Sánchez Albornoz, pues en los estudios realizados por Delibes y la Cátedra de Historia de la Universidad de Valladolid se demuestra que en San Mamés existió una pequeña población estable durante los años que se han dado en denominar "Los años oscuros", es decir, la época que va desde la caída del reino visigodo (714 d.C) hasta el año 1.000. Si eso fuera así, razón de más para afirmar que también en época visigoda el lugar estuvo habitado. Los hallazgos de esa ép
oca son una fíbula infantil (fíbula=broche para sujetar la capa), de plata y esmalte y algunas piezas de cota de malla.
Sin duda alguna, la época de mayor auge de la puebla de San Mamés fue durante los años de la edad media. Lo que acabo de decir no es una afirmación gratuita, sino que además de darme la razón los sabios en la materia (Calvo Lozano, por ejemplo), lo atestiguan los restos arqueológicos, monedas y demás objetos que han aparecido de la época, siendo los hallazgos más abundantes. Parece, incluso, que hubo mercado en este lugar como afirman documentos de la época. Don Luis habla de la existencia de un pequeño castillo que dominaba la aldea de San Mamés, aunque de eso no hay ni constancia documental ni arqueológica.
La decadencia de la aldea comenzó en la baja edad media pero en época de Enrique IV (mediados del siglo XV) aún existía. La aldea quedó despoblada definitivamente en la centuria siguiente, ya que no se han encontrado vestigios que vayan más allá del siglo XVI.
Por último, sólo quiero decir que son verdaderamente hermosas las vistas que se contemplan desde lo más alto del Teso de San Mamés: la confluencia de los dos ríos, la carretera serpenteante y el verdor de los campos que llegan hasta las mismas puertas de la Villa hacen de este lugar de San Mamés uno de mis favoritos balcones aun ahora, cuando todavía está lejos la ansiada primavera.
Varo.

P.D.: En las fotos aparecen una "blanca" de Enrique IV y un anillo romano, probablemente femenino. Los dos objetos, según afirman quienes me enviaron en su día las fotos, fueron encontrados en el Teso de San Mamés.

2 comentarios:

fosi dijo...

Estas son las entradas que me gustan,se te echaba de menos.Por lo que veo habra una segunda parte...estaremos impacientes.
Un fuerte abrazo.

Xibeliuss dijo...

Muy interesante entrada, Varo: coincido con fosi.
Yo también estoy convencido que en "Los años oscuros" el famoso desierto al norte del Duero no lo fue tanto como se pinta. Sí, en condiciones muy difíciles, pero debieron existir cierto número de pequeños núcleos que aguantaron en la zona.
Saludos, Varo