Perdónenme ustedes si alguna vez me pongo sentimental. No es intención mía tocar la fibra sensible de los que se asoman a este blog, ni pretendo recurrir a la evocación fácil de los años vividos hace tiempo, aquellos años de los que solemos siempre guardar únicamente lo mejor.
El caso es que hoy necesito hacer un esfuerzo en la memoria pues desde hace tiempo me viene rondando la idea de hacer un pequeño homenaje al lugar que conoció al niño que fui: Villar de Fallaves.
Así es. Mis primeros recuerdos están allí, junto a un camino empedrado. Un camino que vi convertirse en carretera cuando las máquinas pusieron brea y alquitrán sobre sus piedras blancas de aristas cortantes. Para alegría de mi padre, aquel suceso nos unió definitivamente con el mundo.
No voy a alardear de la dureza de aquellos años sin agua corriente en casa, de electricidad a 125 voltios con continuos cortes de suministro, sin calefacción en unos inviernos terribles que me provocaban constantes "sabañones"...
Pero sí quiero hablar de mis idas y venidas al caño, a recoger agua para casa, con mi madre, con mis hermanos, con Juli... Recuerdo el pilón junto a la fuente... Mientras yo llenaba un cántaro un labrador abrevaba sus mulas tras una jornada de trabajo....
Y no puedo silenciar a mis amigos: Carlos, el de Gabino; Javi, el de Tella; el otro Carlos, el de Gilda; Manel, Chuchi, Miguelito, Toñito... Con ellos corrí mis primeras aventuras descubriendo ese río "inmenso" llamado Valderaduey, como un Tom Sawyer de Tierra de Campos...
Tengo grabados algunos recuerdos de la tienda de Joaquina; del baile de la Cayaya; del fuego en casa de La Rubia; de doña Vale; del Renault 4-L de Miguel del Castillo siempre aparcado junto al Renault 8 de mi padre; de las nevadas invernales; de don Felipe, el maestro, que venía a diario desde Fuentes de Ropel en un ciclomotor; de la estufa de hierro en medio de la escuela; del mes de Mayo y las flores; del señor Leandro, el barbero, que ayudó a traer al mundo a mi hermano porque "se adelantó"; y sobre todo, de doña Milagros, la maestra; sobre todo porque ella es mi madre...
Y cómo no voy a hablar de la iglesia. La iglesia de San Vicente Mártir era el centro neurálgico del pueblo. Su torre gótica, esbelta como ninguna, presidía al igual que un coloso sin habla la vida diaria de la villa y de todos sus acontecimientos, grandes o pequeños. Recuerdo cuando vino el Obispo a las confirmaciones... Debió de ser a finales de los sesenta...
Sus puertas se abrían cada domingo bajo el arco de piedra y su naves se llenaban por completo a la hora de la misa mayor. Me asustaban sus gárgolas que vomitaban ríos de agua cada vez que llovía. Pero me fascinaba aún más contemplar las delicadas formas de aquel pórtico de piedra...
Un día la iglesia se cayó, por segunda vez en su historia. Y aunque actualmente se ha rehabilitado para el culto, la majestuosidad de aquella iglesia gótica y renacentista que conocí ya sólo queda en la memoria de los que vivimos aquellos años tan cerca de ella. Como tantas otras cosas.
Varo.
(Dedicado a mis padres que en Villar de Fallaves vivieron, probablemente, los mejores años de su vida, cuando eran jóvenes.)
18 comentarios:
Muy bonito y muy intimo,en la foto del coche no hace falta decir quien es quien.Un beso para Milagros,Olga y Marco y un abrazo para ti.
Entiendo que te has identificado, puesto que al colgar el anterior escrito mucha gente te reconocerá ¿a que se debe tal postura?.
De los amigos que nombras dos son o viven en Villalpando, Miguelito y Toñito, pues creo reconocer que son los nietos de Olegario ¿ También vivieron allí?
Gracias Fosi. Besos también para tus chicas.
¿Que a qué se debe haberme identificado?
Desde la presentación de la novela de mi amigo Félix mi identidad salió a relucir. Además, no tengo nada que esconder: jamás me he metido con nadie, ni he insultado ni faltado a nadie... No veo por qué no voy a poder hablar de mis recuerdos o de temas personales.
No obstante, voy a seguir publicando con el pseudónimo de Varo, si a nadie le parece mal.
De todas formas, gracias por leer mi artículo.
Sí. Miguelito y Toñito vivieron allí. Ellos vinieron antes que yo a Villalpando. Fueron, junto con los demás que cito, mis primeros amigos. Y aún lo siguen siendo.
Muy bonita entrada. Me imagino el temblor de tus dedos tecleando ciertas frases... y la dedicatoria.
Un fuerte abrazo.
Preciosa evocación a tus años de infancia.Aunque, en realidad no sé de que me extraño...siempre consigues llegar de una forma muy humana a tus foreros,bloggeros.
Sigue por siempre siendo Varo, pues ya sabes lo que pienso.
Un abrazo cordial.
MADOLOK
Varo,tu blog se ha parado, solo un articulo en Junio.
¿Qué pasara en Julio?
Animate, ya se que el calor hace estragos, pero tus admiradores/as te esperamos.
Pronto saldrá un nuevo articulillo. Gracias por tu interés.
Para cuando la publicación de tus cuentos y relatos, y dónde...
xD
me ha gustado esta historia, el pueblo no parece el mismo y esque soy de Villar de Fallaves, soy hija de Javi, el de Tella.
Aunque sea tarde, despues de unos meses, me pasan estos recuerdos escritos, de un lugar que también es mi pueblo y de alguien que ya no conocería, pero que sí vivencié esos primeros años en dicho pueblo.
Yo fuí alumna de tu mami,(Dña.Milagros, que aún la recuerdo con muchísimo cariño y agradecimiento porque seguramente fué quien me enseñó todo lo primero qye académicamente es necesario saber)y en más de una ocasión me encargó ir a vuestra casa para cuidar o atender algo determinado de esas tres criaturas....monísimos ellos y que solo recuerdo al mayor y al mediano..¿tal vez eres el peque...?Bueno, no importa, quiero con esto darte las gracias por el texto,donde reconocemos lo hermoso que es recordar los primeros años vividos..en lugares tan,llanos, desolados y alejados de tanta masificación¡¡¡¡Un fuerte abrazo de otra oriunda de Villar de Fallaves y donde todavia al cabo de los años sigo yendo todos los veranos para disfrutar de ese relax que en poquitos lugares he podido comprobar.Gracias y un saludo.
Muchas gracias por tu comentario, anónima amiga.
No, no soy el "peque" de esos tres hermanos que tú conociste. Soy el mayor. Mi hermano Roberto, el "peque", murió hace diez años en un accidente de tráfico. Fue un duro golpe para toda mi familia.
De todas formas, me llena de alegría tu carta y te invito a que pases por aquí, por mi casa de Villalpando, cualquier día de tus vacaciones, cuando esté mi madre, tu profe: le hará mucha ilusión.
Saludos y gracias, de nuevo.
Hola Varo: Te agradezco que hayas dedicado un capitulo de tus Historias al pueblo de tu niñez y que anteriormente fue el mio. Es agradable que alguien con "buena pluma" escriba sobre mi pueblo.
Cuando llegó tu madre yo ya había volado del pueblo (solo volvía en vacaciones) y no te recuerdo.
Encontré tus historias por casualidad y he informado a la familia.
Me alegro de tus exitos con la novela, espero verla publicada, y que sigas escribiendo.
Gracias y un cordial saludo.
Gracias a ti, amigo. Celebro mucho que estas líneas te hayan traido buenos recuerdos.
Espero verte por aquí a menudo.
Un abrazo.
Varo.
Hola:
Estaba buscando algo sobre San Vicente Mártir para poner en mi FACEBOOK cuando me encuentro con tu narración sobre tu vida en VILLAR DE FALLAVES. Me ha dado alegría que alguien recuerdo todo aquello que vivimos cuando éramos niños, esos detalles del caño, de la Cayaya, del Sr. Leandro… todo tiene mucha importancia para los que queremos a Villar, pueblo difícil donde los haya, pero como todos y además, nuestro pueblo.
Creo que eres Fernando, hace muchos años que no nos vemos. Yo tengo muchos recuerdos de vosotros; creo recordar que tenias un hermano que se llamaba Juan Antonio, cierto?. Tus padres fueron mis padrinos de confirmación, creo que guardo en Villar una foto.
Este verano trataré de encontrarme contigo y celebramos la nostalgia de la niñez. (fue dura, pero muy natural; bueno, quizás no fuera tan dura, si que muy diferente a lo que es la vida ahora)
Piensa un poco, quizás me reconozcas, tengo 51 años, y vivo en Zizur Mayor, al lado de Pamplona. Si no me localizas te doy otra pista, pues en tu descripción narras a alguien muy relacionado conmigo.
Un abrazo, y mucha suerte.
Hola Elías:
Te ruego me disculpes, pero la memoria me falla... No puedo acordarme de tu cara, pero de tu nombre sí. Tu eras de "los mayores", de la edad de Lucianito, Candi y otros ¿no?
Me dice mi madre que esa foto de los niños de la confirmación también la tiene ella. Intentaremos -los dos- localizarte por ahí.
Me sentiría muy honrado que este verano me dieras un toque, para reencontrarnos y brindar por esa infancia que nunca podremos olvidar.
Un abrazo.
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