El recibo que aparece escaneado en este artículo está fechado el 12 de
mayo de 1947. Lo extiende el director del Museo de Arte Sacro de la Diócesis de
León, d. Raimundo Rodríguez, quien el día mencionado se lleva por orden del sr.
Obispo de León las tallas, telas e imágenes que aparecen relacionadas en el
indicado recibo. Son obras que se encontraban en las villalpandinas iglesias de
San Pedro y Santiago, algunas de las cuales han podido ser vistas por las
personas que el pasado jueves, 18 de julio, durante la excursión organizada a
la ciudad de León, visitaron los museos de dicha localidad.
La persona que me ha hecho entrega de este recibo y que también acudió
a la excursión aludida me ha planteado la posibilidad de intentar recuperar
todos estos objetos pertenecientes al acervo cultural villalpandino, señas de
identidad de nuestro pueblo, objetos que, por razones que desconozco, salieron
de la villa para nunca más volver a ella. Quizás entre esas razones estuviera
la necesidad de conservar un patrimonio dejado de la mano de Dios, a merced de
expoliadores, sacristanes y párrocos con pocos escrúpulos y en progresivo
deterioro, un patrimonio al que en aquellos años no se le daba el valor que debía
darse (salvo que fuese de oro o plata) pues más que las cosas refinadas con las
que alimentar el espíritu importaban otras más prosaicas y mundanas que llevar
a la boca. Pero los tiempos han cambiado mucho desde los años 40 y ahora las
gentes de Villalpando también tienen inquietudes culturales. Muchos nos
planteamos y pensamos que es posible recuperar todo ese patrimonio que un día
salió de la villa ya que, sin discutir la titularidad de su legítimo
propietario, creemos que es aquí, en Villalpando, donde debe estar, pues
nuestro es, aunque sólo sea moralmente.
Si llegara a ser en hecho la idea de que la Iglesia de San
Pedro se convierta en el Museo de Villalpando, como propone la embrionaria
Asociación de Amigos de San Pedro, no habría lugar más privilegiado en la villa
para ubicar todas estas joyas que un 12 de mayo de 1947 salieron de nuestro
pueblo para llenar las vitrinas y estantes de los museos leoneses, además de
otras obras que se exponen en el museo Provincial o que se guardan en cajones
de casas particulares. Pero para conseguirlo habría que luchar largo y tendido,
llamar a muchas puertas y, sobre todo, dar mucho la vara. ¿Alguien se anima?
Fernando Cartón.